En solo 48 horas, la pugna por el control de Cementos Bío Bío alcanzó un nuevo nivel de intensidad: se reveló un poder de compra por el 2,08% de la propiedad, venció la OPA hostil lanzada por la cementera peruana Yura y la familia Briones defendió su liderazgo.
Por: FRANCISCO NOGUERA/JORGE ISLA | Publicado: Viernes 13 de diciembre de 2024 a las 18:05 hrs.
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Un nuevo capítulo se vivió la tarde de ayer en la batalla por el control de la firma ligada a la familia Briones. Las jugadas estratégicas continuaron luego de que Larraín Vial Corredores de Bolsa informara al mercado un poder comprador por hasta el 2,08% de la propiedad de Cementos Bío Bío, equivalente a 5,5 millones de acciones, a un precio de $1.601 por acción.
El anuncio se dio en una semana marcada por movimientos clave que definirán quién se quedará con la propiedad de Cementos Bío Bío.
El nuevo poder de compra se ejecutó una hora antes de que venciera la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de acciones hostil lanzada por la cementera peruana Yura, con la cual busca aumentar su participación en Cementos Bío Bío a 40%. Sobre esa transacción, lo último reportado fue que el grupo peruano había recibido una aceptación del 3,38% de la OPA, equivalente al 0,67% del capital de la compañía. Sin embargo, el resultado final se comunicará al mercado en las próximas horas.
Pero ese no fue el único movimiento de los últimos días. La potencial nueva transacción se da 24 horas después de que Inversiones Cementeras Limitada —sociedad de la familia Briones— comprara 4,8 millones de acciones de CBB por $1.600 cada una. Así, la firma adquirió en la operación un 1,83% de los papeles de la cementera chilena, aumentando su participación a un 43,64%.
La jornada bursátil de ayer fue intensa para Cementos Bío Bío. La firma apareció en las pantallas de la Bolsa de Santiago como una de las de mayores movimientos del día, con montos transados que superaron los $1.895 millones, marcando un récord desde marzo del año pasado. La acción cerró en $1.601, con un alza del 14%, reaccionando a la compra del día jueves.
La hipótesis sobre quién estaría tras la operación ha causado suspenso en el mercado. Accionistas minoritarios de la firma revelaron, bajo reserva, que están expectantes por saber si detrás de esta nueva oferta está la peruana Yura, si es otro movimiento defensivo de la familia controladora o si se trata de un tercer actor que irrumpe en la disputa por la propiedad.
La escalada por el precio
Desde que Yura anunció una OPA hostil para aumentar su participación en Cementos Bío Bío –controlada por las familias Briones, Lapostol, Rozas Rodríguez y Stein Von Unger- desde el actual 19,9% a cerca del 40%, hace un mes, las operaciones lanzadas en las semanas posteriores valorizaron crecientemente el precio de esos títulos.
Es así que en el primer movimiento de la cementera ligada al Grupo Gloria el 13 de noviembre pasado por 53 millones de papeles (equivalente al 20,05% de la propiedad), el precio ofertado fue de $ 1.092, con lo cual el monto ascendía $ 57.881 millones (unos US$ 59 millones). Esto representó un premio de 58,6% por sobre el valor de mercado, valorizando a CBB en cerca de US$ 250 millones.
En ese punto tuvo lugar la inesperada entrada en escena de la compañía estadounidense Mississippi Lime Company (MLC), que encendió el apetito por CBB con una primera oferta a un precio de $1.712, que representaba un premio de más del 100% por sobre el nivel de mercado, valorizando a la firma en más de US$ 500 millones, propuesta que luego ajustó a $ 1.456 por acción, con lo cual la cementera se situó en unos US$ 400 millones.
El interés de MLC -centrado en las pertenencias mineras de cal de CBB- fue valorizado positivamente por los siete directores de CBB -Felipe Claro, Eduardo Novoa, Ignacio Pérez, Christian Sturms, Katia Trusich, Alfonso Rozas y Boris Garafulic- quienes señalaron que esa operación opacó el atractivo de la oferta del conglomerado peruano debido a su mayor valorización de CBB. En ese escenario, los directores detallaron que la propuesta inicial de Yura no considera la proyección futura de la compañía, ni del negocio de cal, ni del cemento, “el cual se vislumbra de manera positiva para los próximos años”. Además, apuntaron a que el aumento de la participación de Yura en la firma chilena tendría implicancias en la competitividad del mercado cementero de la región.
Sin embargo, días después el directorio de la firma chilena comunicó que la estadounidense y el grupo controlador de CBB no llegaron a puerto con las negociaciones.
En ese escenario, Yura no aflojó en la pugna por el control de CBB y realizó una modificación clave a su oferta aumentando el precio por acción de su OPA a $ 1.450, estableciendo un premio de 110% por sobre el valor de mercado, con lo cual igualó la propuesta de la estadounidense al situar el valor de la cementera chilena ahora en niveles en torno a los US$ 390 millones.
La próxima semana será clave para ver cómo sigue esta trama y quién finalmente cederá o se quedará con la cementera.